YPF cerró 2024 con una ganancia de 4.654 millones de dólares, impulsada por el fuerte crecimiento de la producción en Vaca Muerta, según informó la compañía.
El EBITDA de la petrolera aumentó un 15%, impulsado por la recuperación del precio local de los combustibles, el incremento de las exportaciones de crudo y la expansión del shale oil. No obstante, la empresa registró impactos negativos por unos 300 millones de dólares debido a la maduración de campos convencionales y otros 85 millones por condiciones climáticas adversas en la Patagonia.
Las inversiones totalizaron 5.041 millones de dólares, de los cuales el 63,5% se destinó al desarrollo de recursos no convencionales, principalmente en Vaca Muerta, en línea con el plan estratégico de la compañía.
Además de las dos emisiones de bonos internacionales realizadas en 2024 (800 millones de dólares en enero y 540 millones en septiembre), en enero de 2025 YPF colocó un nuevo bono sin garantía por 1.100 millones de dólares a 9 años con un rendimiento del 8,5%. Los fondos fueron utilizados para refinanciar 757 millones de dólares y adquirir el 54% de Sierra Chata, un bloque clave para la producción de gas en Vaca Muerta.
En 2024, YPF se consolidó como el mayor productor de petróleo en Vaca Muerta, con una producción de shale oil que promedió los 122.000 barriles diarios, marcando un crecimiento del 26% respecto al año anterior. En los últimos meses del año, la producción alcanzó los 138.000 barriles diarios.
Las exportaciones de la compañía aumentaron un 174%, con envíos de crudo que promediaron los 35.000 barriles diarios, principalmente hacia Chile.
Por otro lado, las reservas de shale P1 en Vaca Muerta alcanzaron los 854 mil barriles en 2024, un 13% más que en 2023. Actualmente, representan el 78% del total de reservas de YPF. La tasa de reemplazo de reservas fue de 1,9x, lo que significa que la actividad no convencional permitió reponer casi el doble de lo extraído durante el año.
